ARTICULO EXTRAIDO DEL PAIS.COM
"Krajina, ya no existe", aseguró a media tarde de ayer el general
Iván Tolj, portavoz del Ministerio de Defensa en Zagreb. Era el acta
rotunda del fin de una ofensiva relámpago, de apenas 60 horas, cuya
veracidad nadie desmentía en la tarde de ayer, y que permite a Croacia
recuperar su integridad territorial, perdida en 1991. Al menos 150.000
serbios huyen hacia Bosnia, según datos del Alto Comisionado de la ONU
para los Refugiados (ACNUR).
Hemos liberado 10 veces más territorio que en Eslavonia Occidental
[el pasado mayo]", aseguró Tolj. Por su parte, el presidente Franjo
Tudjman, que ayer visitó Knin, capital de Krajina, declaró que "esto es
crear condiciones para la estabilidad del Estado en los siglos
venideros". Al caer la noche, las autoridades de Eslavonia Oriental,
única tierra croata aún en manos serbias, declararon el estado de
guerra. Horas antes, el ministro croata de Exteriores, Mate Granic, se
reunía en Ginebra con los mediadores internacionales y el jefe de la,
diplomacia española, Javier Solana, Prometió a todos que se permitirá la
entrada en la tierra conquistada a la ONU y las organizaciones
humanitarias.
Las impresionantes columnas de refugiados serbios, tal vez más de
100.000, constituyen, según el propio Granic, el mayor flujo en el menor
tiempo desde que comenzaron las guerras en la antigua Yugoslavia, hace
más de cuatro años. Krajina corre peligro de quedar totalmente vacía de
serbios.
Soldados croatas con Kaláshnikov impidieron ayer al enviado de EL PAÍS, Juan Carlos Sanz,
llegar a Krajina. En Zitnic, a 20 kilómetros de Knin, presenció cómo
muchos croatas desplazados en 1991 intentaban volver a sus hogares. En
los pueblos de la zona, repletos, de banderas nacionales croatas, grupos
de combatientes descansaban, bebían cerveza y lanzaban gritos de
victoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de agosto de 1995
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